jueves, 12 de abril de 2012

Comentario sobre la opinión pública de Pierre Bourdieu

LA OPINIÓN PÚBLICA NO EXISTE

No son pocos los sociólogos que han señalado la influencia de los sondeos y las encuestas de opinión publicadas en los medios de comunicación meses antes de unas elecciones generales o municipales.  Es durante los meses de precampaña cuando los institutos de opinión se ponen en marcha, utilizando un diseño estructurado para conocer el futuro del alcance de las elecciones y predecir los datos estadísticos que se obtendrían en el momento que se hace el estudio sociológico.

La opinión pública constituye un ente invisible sobre los comportamientos, pensamientos y acciones de los ciudadanos de cara a lo que ocurre en el país o en el mundo en el preciso momento de las encuestas. Si bien es cierto, que durante los años la opinión pública ha evolucionado a favor de las predicciones electorales, también los métodos han logrado ser más exactos dentro de la producción de los datos.

El concepto de opinión pública surge para legitimar las acciones electorales o políticas, reflejando posiciones y demandas diversas que no pretenden predeterminar, en ningún momento, la decisión política, sin embargo, las decisiones políticas se sustenta ahora en la ley, no en la opinión pública, quizás es por este motivo que Bourdieu argumenta plenamente que “la opinión pública no existe”, pues su acceso es un campo de estudio de las voces de los ciudadanos, pero no de todos los ciudadanos en general.  Según Bourdieu, la estadística no es garantía de imparcialidad a la hora de conocer lo que el público o el ciudadano desean expresar. Es un análisis social poco neutro por la forma del diseño, el error muestral y el tamaño de la muestra con respecto a la población.

Argumenta Bourdieu, que las encuestas de opinión pone en entre dicho tres posturas. La primera es que todas las encuestas, supone que todo el mundo puede tener una opinión y esta al alcance de todo. Para lograr eso, comenta Bourdieu, hay que preguntar a todos y no todos son capaces de contestar a diversas cuestiones políticas o electorales, pues todas las opiniones tienen el mismo peso, pero son pocas las personas que tienen el conocimiento pleno sobre los asuntos.  Es decir, para Bourdieu,  las encuestas dirigen a conducir artefactos sin sentidos, un modelo estadístico que puede tener valor social basado en lo desconocido. Por último, Bourdieu postula  que el simple hecho de plantear las mismas preguntas a todo el mundo, implica un resultado, pero no todos contestan lo mismo, lo que supone que representa una problemática que indican distorsiones que se observan en los resultados de los datos estadísticos, falseando la opinión pública.

Pierre Bourdieu señala que los sondeos son un instrumento de acción política, que se construyen de manera periódica de manera sospechosa, consistiendo en imponer la ilusión que tiene la opinión pública con la suma de las opiniones individuales.  Esta opinión se manifiesta en todos los medios de comunicación siendo un artefacto, cuya función es disimula que es un sistema de fuerza de tensiones y que no es nada más adecuado que representar la opinión con porcentaje.

El asunto del texto de Bourdieu es que la problemática que proponen las encuestas de opinión está subordinada a intereses políticos y los datos manipulan las acciones propias del ciudadano. Un error, desde mi punto de vista, cada persona tiene su ideología, su forma de pensar y su forma de conocer la realidad social. Si, el 80% de las encuestas señalan las mismas características, es que la realidad social se percibe y las encuestas son el resultado de la realidad y de la voz general.

Desde mi experiencia en investigación electoral, puedo decir que las encuestas han cambiado sustantivamente durante los últimos treinta años, llegando a lograr que, los sociólogos e investigadores sociales podamos predecir, yo lo llamaría más que opiniones, acciones o formas de pensar de la sociedad. Somos seres racionales e irracionales que tenemos nuestros criterios.  La opinión pública no existe, puede ser cierto, ya que ninguna persona piensa igual a otra.   Lo que si puedo afirmar es la función optima de las encuestas. En el diseño de las encuestas se busca que las preguntas no sean reinterpretadas y que la diversidad de cuestiones que se pretende conocer, den respuestas a la predicción de los datos del futuro, logrando obtener el margen propio de las acciones o pensamiento de la población. 

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